domingo, 7 de septiembre de 2014

La Guía para ser Gay: De la A a la Z

Ser gay se inventó en 254 dC en la ciudad de Sodoma. Desde entonces, miles de hombres han disfrutado de la experiencia de tener sexo con otros hombres. Sin embargo, aunque suene tan divertido y normal, UN CHINGO de gente todavía no lo tolera. De hecho, muchos creen que tener el pito cerca de otro hombre, sea el agujero que sea, es lo mismo que restregarla con el cepillo de dientes de Dios. Como toda esta “onda gay” trae controversia, se evita en todos los eventos religiosos y en presencia de imbéciles. He aquí nuestra guía a todo lo que siempre has querido saber sobre ser gay pero no te atrevías a preguntar.

Oh, y las lesbianas también son gays. Pero esta guía sólo es para chicos gay. Pero no se preocupen, pronto les llegará el turno a ustedes también, chicas.




A
Anal

Aparentemente, el 15% de los tipos gays nunca practican sexo anal. Si los de ese 15% están leyendo esto, ¡DEBERÍAN PROBARLO! No sabes lo que es el sexo de verdad hasta que no pruebas el sexo anal. Quizás te duela las primeras veces, ¡pero que te den!, dile a tu chico que te la clave en el ano y ¡vente, vente y vente otra vez! Aunque debes tener algo en cuenta: si te metes en la madriguera, al final encontrarás al conejo. En este caso, el “conejo” es la “caca”.

B
Bares gays

La escena gay es una mierda. Pero si quieres coger aunque solo sea un poquito, tendrás que comértela con papas. Uno pensaría que hay bares gays en los que en realidad te atienden, con todos esos locales para tipos grandotes y peludos, bares de padres, bares de punks gays, bares de charros mexicanos y bares para gays cuyo fetiche son los pelirrojos (por cierto, todo esto son bares gays en los que he estado). Pero no, no importa a dónde vayas, escucharás el mismo remix de “We Found Love” en todas partes cuatro veces por hora. Y entonces sí que te vas a aburrir.


C
Clóset 

Una conocida mía se lo contó a sus amigas en un bar, la gente lo oyó y lo gritó a los cuatro vientos y ¡resulta que la banda la estuvo invitando copas toda la noche! ¿Genial, no? Otro güey que conozco se lo contó a su familia y su hermano le ató las manos a la espalda y lo tiró al río. No tan genial, ¿eh? Supongo que la mayoría de veces las historias de salir del armario están en medio de esos dos extremos. Casi ningún padre se alegra de que su hijo traiga a un novio a casa, pero, al mismo tiempo, casi ninguno tampoco lo atropella con el coche.
Aún así, lo mejor de salir del armario es, en realidad, SALIR del armario. Lo sé, a veces puede ser morboso tener un gran secreto (como que eres Alex Mack o Batman), pero cada día que un gay pasa dentro del armario, se vuelve un poquito más loco. Así que o tiras abajo las puertas del armario o mentalízate, te convertirás en Jeffrey Dahmer Reloaded. A menos que vivas en Arabia Saudí o algo así. En ese caso, quédate calentito dentro del armario.

PD: siento decírtelo pero la verdad es que todo el mundo ya lo sabe. Incluso tu madre. Es bastante obvio.

PD1: Si tus padres son imbéciles y te rechazan, que les den por culo. Tardarán unos tres años en digerirlo al 100% (cinco si son mayores). Si después de ese tiempo todavía te repudian, olvídate de ellos.


D
Drogas

El cristal solía ser la droga gay de moda. Antes, las vestidas solían coger bastante puestas e ir a fiestas de mierda con música de mierda y tomar un montón de Viagra y coger como conejos sin condones y contraer el SIDA. El cristal es lo peor. Nunca tomes cristal. Éxtasis, mariguana, ácido... eso está bien, pero, ¿podría la gente dejar de meterse cristal? Y la mefedrona, o lo que vergas sea esta nueva droga que ahora se meten hasta los más adultos. Basta de esas drogas, chingá.

E
Equality [igualdad]

¡Jamás pasará! Piénsalo bien; hay tantos sitios en los que los gays son tan poco apreciados como una mierda en una almohada: en Oriente Medio, en África, en el 50% de Europa, buena parte de América, en el 99% de Sudamérica y en el 80% de Asia.
Por supuesto que hemos progresado, pero aun siendo optimistas y pensando que el número de carcas medievales que odian a los gays va disminuyendo gracias a los nuevos güeyes fabulosos y liberales, tardaremos tanto en aceptarlo que para cuando a los fascistas ya les parezca bien, todos los sitios fabulosos y liberales de la Tierra ya habrán caído en algún despotismo religioso y volverán a odiar a los gays. Qué mierda, ¿no?
F
Fag [marica]

¡Hola, heteros! Esta es la versión gay de la palabra “negrata”, así que ya saben, cuando estén en un club cantando "Now I ain't sayin' she a gold digger, but she ain't messin' with no broke *silence*"? es eso. Los heteros no pueden decirlo. Los gays sí. Nosotros diremos: ”¡Eh maricón, qué onda!” o “¿Debería ponerme esta camiseta de Celine Dion o es muy de marica?” pero ustedes no pueden decir esas cosas. ¿Por qué? Porque todavía es un insulto que se usa en el patio del colegio, en el vestuario, en el estadio de futbol o en los sitios donde se juntan todos los palilleros. Sé que sus personas favoritas les han dicho que no pasa nada si lo dicen (Louis CK y Tyler the Creator, obviamente), pero ellos no son nadie para decidir ese tipo de cosas.

G
Grindr

Los homosexuales nunca han conocido ninguna tecnología que no pudieran adaptar para conseguir tener sexo. Mientras los cultos usan sus smartphones para jugar al Pictionary (¡qué divertido!), los gays lo usan para contactar con cualquier otro gay en un radio de 160 kilómetros. Los gays siempre están patrullando: por la calle, en los baños públicos, en las sex shops y en las salas de máquinas de todos los gimnasios del mundo. Ahora todo esto se hace mediante el celular.
¿Quieres saber cuantos gays calientes hay? Conéctate… y mira, hay MILES, literalmente MILES de vatos intentando metértela. Sí, todos lo odiamos, pero ese “ding” que anuncia que tienes un mensaje nuevo es oficialmente la llamada de apareamiento, al menos hasta que salga la próxima tecnología y se nos ocurra una manera de usarla para el beneficio sexual. (Personalmente, espero que sean esas videollamadas en 3D, como en La guerra de las galaxias).

H
HIV/SIDA

El sida es lo peor, es triste y da miedo y vas a estar pensando en él TODO EL PUTO RATO porque te vas a volver loco con la paranoia. ¿Tienes un resfriado? Es sida. ¿Te levantas y te duele el cuello? Es sida. ¿Te acercas a menos de cien metros de alguien con sida? Ya tienes sida. ¿Si te dan los resultados de las pruebas de ETS (que deberías hacerte de vez en cuando, por cierto) y te aseguran que no tienes sida? Ok, pero, ¿qué hay de ese período de incubación de tres meses, eh? Tienes sida, seguro.
I
Irá a mejor.

Existen esos videos en YouTube en los que los famosos les dicen a los gays de los que la gente se ríe que no se suiciden porque un día, en su futuro vago y gris, las cosas irán mejor (y entonces te dicen que compres su nuevo álbum/película/libro). ¡Pero lo que dicen es verdad! Se los prometo, es verdad que va a mejor. Pero también va a peor. No todo son fiestas guarras y conciertos de Beyoncé, chicos. Estos videos se olvidan de mencionar las verrugas anales, los novios que te dejan por vatos más jóvenes que siempre se preocupan por sus abdominales y de que se rían de ellos por usar los zapatos equivocados. ¡La escena gay es muy dura! Sí, ser gay tiene un montón de cosas geniales (las fiestas guarras y Beyoncé) pero también hay cosas malas. Nadie te dirá una cosa así, pero es cierto. Pero por favor, no se suiciden. [Ver letra K]

J
Jail [cárcel]

Solo incluyo esto porque acabo de leer un artículo sobre cómo es ser gay en la cárcel. Y no ha sonado nada bien. Así que sean buenos, por favor. Oh, y si alguien les cuenta alguna vez que la cárcel debe ser el paraíso de los gays, viólenlo, péguenle en la cabeza con un calcetín lleno de piedras, llámale maricón y a ver cuánto le gusta.

K
Killing yourself [suicidarse]

Los gays cometen más suicidios que los heteros. Es dos o tres veces más común que se suicide un gay que un hetero, según una búsqueda de Google que acabo de realizar. Obviamente, esto no está nada bien. Supongo que se debe a la gran proporción de pendejos que hay en el mundo a los que les gusta meterse con nosotros. Toda esa maldad significa que, más allá del suicidio, también tendrás que enfrentarte con la enfermedad mental. Casi todos con los que te acuestes estarán un poquito locos, pero tú también lo estás, así que no puedes decir nada. ¡Imagínate lo divertidas que serán las rupturas!

L
Lesbianas

Sí, son nuestras hermanas en esta lucha, pero a parte de eso, no tenemos nada más en común. Nichts, niente. Sin embargo, si estás en un pequeño pueblo que solo tiene un bar gay, saldrán juntos, lo cual está bien, pero solo para que lo sepan, si prestan atención a sus hermanas lesbianas, los dos se estarán equivocando.
M
Matrimonio

No puedes casarte en muchos sitios. Pero, ¿para qué querrías casarte? ¿Has visto una comedia de situación alguna vez? El matrimonio es una mierda. Es tan mierdoso que casi todo el mundo se divorcia, que es lo único aún peor que el matrimonio. Aún así, estaría bien poder tener esa opción, ¿no?

N
Nasty sex [sexo sucio]

¿Sabes cuando haces cosas puercas y se siente bien? Lo genial de ser un tipo gay es que a nadie le importa si eres un guarro (excepto esos aburridos y burgueses que no paran de alabar la monogamia en los perfiles de sus medias naranjas. ¿Quién vergas querría cogerse a esos güeyes?) Sin embargo, el 95% de los gays tienen algún fetichismo raro que esperan que satisfagas. Durante este último mes me han pedido lo siguiente:

Que me viniera en los condones durante una semana para que luego el güey pudiera bebérselo.
Me han mandado un adjunto con un montón de cosas horribles escritas que le habían dicho al vato durante sus años de prepa y me pidió que se los escribiera en el cuerpo con permanente mientras le escupía.
Que lo llevara a un campo, lo desnudara y le pegara tan fuerte como pudiera sin romperle nada, y que luego lo dejara ahí tirado.

Pero, sea lo que sea, si crees que puedes hacerlo sin cagarte de risa o guacarear, ¡hazlo! A menos que les guste que te cagues (de risa) o que guacarees, en ese caso, hazlo también. Quizá hasta encuentres algo nuevo que te gusta.

O
Old [viejos]

¡Eh, viejos! ¡No pasa nada si les gustan los güeyes más jóvenes! ¡También hay güeyes jóvenes a quienes les gustan! Pero, por favor, POR FAVOR, no los conviertan en viejos raros. No necesito tener la conversación educada de “aléjate de mí” con gente de 60 años cada vez que entro a un bar gay. Guarden eso para silverdaddies.com, o lo que sea.
P
Pretender que protagonizas un video musical mientras escuchas tu iPod por la calle.

Todos los gays hacen esto, y el que diga que no, miente. Mi favorita es “Timebomb” de Kylie Minogue, y me imagino que llego a Ascot vestido con tirantes y la gente me mira raro y les disparo en la cabeza, robo un micrófono de un reportero y canto el coro, y todo el mundo lo está viendo por la tele (unos 450 millones de personas) y todos los gays del mundo están en plan “¡WOW! Creo que hemos encontrado a nuestro líder”.

Q
Queens [reinas]

Si eres una reina las cosas van a ser un poco mierda. No solo eres muy fácil de identificar por los heteros, sino que otros gays también serán mezquinos contigo. A los gays les encanta odiarse. No importa quién seas, alguien pensará que eres demasiado gay, o no lo suficiente, o que eres asqueroso porque piensas que Zach Efron está bueno, o un homófobo porque no te sabes toda la canción de “Vogue” de Madonna. Creo que tú también adoptas el rol de cabroncito cuando todo el mundo te ha tratado siempre fatal. Como en el típico capítulo de la series de TV en el que conoces a los padres del que te hace bullying y ellos son igual de imbéciles y entonces todo cobra sentido.
Pero si lo miras por el lado bueno, si eres una súper reina probablemente eres muy, muy gracioso, y todas las morras querrán ser tus amigas. ¡Bien!

R
Rush [subidón]

Esto es una botella llena de poppers. Los poppers son lo mejor. Los inhalas y después haces una mamada. Una mamada chingona, profunda, te metes el pito hasta el fondo de la garganta, hasta el intestino delgado.
Los poppers hacen que se te relajen todos los músculos, como la garganta o el ano, y hace que todas esas guarradas gays sean más fáciles. También te hace estar un poco mareado y te pone tan caliente que te meterías todas las pollas en un radio de ciento cincuenta kilómetros por cualquier agujero y aún así no te quedarías satisfecho. Hace que te pese la cabeza y parece que te vayas a desmayar, pero vale la pena.
Además se venden como productos para limpiar dispositivos electrónicos. Hay quienes aún usan la videocasetera y lo necesitan para limpiarla, así que tienen que ir a una tienda gay para comprarlo. ¡Fantástico!
S
Stereotypes [estereotipos]

Dicen que los gays son afeminados, que hablan con la papa en la boca y que están obsesionados por la moda, lo cual, por lo general, es una mierda con la que un gay tiene que lidiar. Pero también es liberador. La mayoría de gays tienen un gusto horrible. Así que si te gusta una canción de Katy Perry o crees que Miss agente especial 2 es una película genial (que lo es), vas y lo dices y a nadie le va a importar una mierda. La gente lo espera de ti. No tienes que pretender que no te gusta, pero los heteros sí.

T
Transexuales

No es que tenga nada que ver con ser gay, lo sé. Pero es parte de la familia, y es con los transexuales con los que más se mete la gente. Hay muchas más posibilidades de que un transexual viva en la “absoluta pobreza” que cualquier otra persona, el 41% ha intentado suicidarse y el 78% afirma que se los “acosa regularmente”. Así que sean amables con ellos, ¿vale?
U
Underwear [ropa interior]

¿Podemos ponernos de acuerdo en dejar de llevar esos Aussie Bums? La ropa interior sexy y elaborada es lo peor. Y ya que hablamos de ropa, hay una nueva regla sobre la ropa gay: si algo no tiene mangas, tampoco puede tener capucha. Sin excepciones. Gracias.

V
Vaginas

No entiendo de dónde vergas han sacado los gays esta reputación de que son estrambóticos y mariquitas. Meter el pene en un montículo de piel suave, rechoncho y lubricado que huele a manzanilla sí es de mariquitas, meter un vergota dura de 22 centímetros en un agujero por el que se caga no lo es para nada.

W
Wicca y otras pendejadas espirituales

No estoy seguro de por qué, creo que debe tener algo que ver con la popularidad que Buffy yJóvenes y brujas tienen entre los güeyes gays de cierta edad, pero a los gays les va mucho la onda hippie. Si alguien les pregunta qué signo del zodiaco son o les habla sobre el reiki o, especialmente, si menciona el término “hadas radicales”, no importa cómo sea: ¡corran!
Z
Zzzzzzzzzzzzzz

Si eres gay formas parte de la comunidad gay, lo que significa que vas a ser parte de un grupo de gente súper serio y de una corrección política que da asco capaz de soltar términos como “privilegio heterosexual” y “subcultura homogénea y ultramercantilizada”: una gente que ha convertido algo que podría ser un carrusel de risas non-stop a la cosa-más-aburrida-del-mundo. De hecho, es bastante probable que te encuentres a unos cuantos de esos hombres en los comentarios de aquí abajo.

Artículo Original: Revista Vice

sábado, 26 de abril de 2014

La soledad y la vejez Gay


Calvin Klein y su novio.

En la escena gay, la soledad es estar rodeado de príncipes pero ninguno sirve, y la vejez es esforzarse por mantenerse joven para pescar compañía. Pero aquí no solo tienes que ser bonito, sino lucir costoso, porque nadie voltea a verte si no llevas media boutique encima. Apenas tienes veintitantos y la competencia ya está reñida. Si no tienes un cuerpo ardiente y un Lamborghini, ya estás viejo y solo.

Hoy reconocerás que tus peores temores ya llegaron.

Realmente, no se requiere estar a solas para sufrir la soledad. Puedes estar en un club repleto de divaplásticas y aún así sentir que a nadie le importas, que si te da un paro respiratorio en medio de la pista, la rumba no va a parar. Soledad es esa urgencia por meterte al chat y buscar “plan”.

Eso sin mencionar que tienes amigos hasta que se te agote el sueldo. Desgracia que a muchos no les preocupará por las deudas, sino por los bacanales que se perderán.

¿Qué será de ellos en diez años cuando la pensión no les alcance para satisfacer los caprichos de alguna culisanguijuela?

Ellos aún no se preocupan por eso, dicen estar muy jóvenes para pagar por compañía. Pero ya están gastando una fortuna en verse apetecibles y seguir en el mercado. Desde los 19 se preocupan por el gimnasio y las cremas faciales.

Irónicamente, cuando llegan a los 25, ya no tienen ni vigor ni frescura. Pues hace rato perdieron las ganas de luchar contra tanta promiscuidad y esos jopos ya están bastante trajinados.

¿A eso le llaman juventud?

Ya están llegando nuevos modelos al mercado. Los pollitos nacidos en la década pasada están saliendo del cascarón. ¿Te imaginas cómo resultaran? Recuerda que tuvieron como ejemplo a la generación de los noventa. Seguramente pillarás a tu sobrino encuero, columpiándose en una bola de demolición y practicando mamadas con un mazo. ¡Gracias, Hannah Montana!

A los brincones actuales, les deseo mucha suerte cuando lleguen a la crisis de los 30, buscando un poco de calor humano en las neopajaritas mutantes. Se harán un blanqueamiento dental, dos liposucciones y tres rinoplastias, comprarán carro nuevo pero no les alcanzará para el penthouse, porque salir con jovencitos resulta muy costoso.

He aquí el problema: el gay promedio nunca mira abajo. Siempre quiere a alguien más exitoso, más guapo e incluso más joven. Así está destinado a seguir solo, porque busca a un novio trofeo y no a un complemento.

Para nosotros, la soledad no llega con la vejez. Pues hemos estado solos desde que empezamos este cuento. Mas teníamos la esperanza que todo mejorara. Hemos visto a muchas madres que criaron a sus hijos solas, porque el marido las dejó por una más joven, y a muchos les aterra que eso les llegue a pasar. Especialmente, porque ni siquiera han armado una familia. ¿Quién va a cuidar de ellos?

Cuando quieran pensar en esto, ya tendrán 40. Seguramente sus padres estarán muy enfermitos y pronto se irán al cielo. Si son buenos hijos, les tocará pasar esa década ocupándose de ellos. Porque son los hijos solteros y sin niños. Esos que según sus hermanos no tienen más nada que hacer sino putear y drogarse.

Estos daddys intentarán tener una relación seria con algún mocoso berrinchudo, que exige absoluta atención porque le faltó amor paternal, y ahora compensa ese vacío con un plátano maduro en el ojete.

No obstante, los mayores están cansados de esos chupadólares que pretenden que todo se lo compren. Esos vividores no pueden armar una relación duradera: si no tienen estabilidad, cómo pueden ofrecerla. Han cambiado tres veces de carrera, viven en hotel mamá, trabajan en un Call Center y brincan todos los sábados en las discotecas.

Después, llegan a los 50 y le agarran miedo a la nostalgia. Recuerdan a aquella persona buena que menospreciaron por estar escupiendo para arriba, persiguiendo al idiota que los hizo sufrir. Se preguntan cómo sería su vida de distinta si hubiesen sabido elegir.

Entonces, se dedicarán a rehabilitar gamines. Así como Fernando en La virgen de los sicarios: un viejo amargado, que se quejaba por todo y no tenía razón para vivir. Ya ni pasivos podrán ser, porque tendrán problemas de próstata, colon irritable y demás desgracias. Y eso que ellos se criaron con comida del campo, ¿qué se espera para los que almuerzan con Doritos?

Sí, la soledad es triste y fría, pero es mejor sin una mala compañía. Si los hombres no te llenan ahora que no les pagas, muchos menos cuando no te alcance la pensión para cumplir sus pretensiones.

Es dura la realidad que les espera a los culichispitas. No van a terminar como J.Lo en I luh ya papi: regia a los 44, rodeada de hombres esculturales. Vamos a ver cuántas arrugas les salen imitándola. No podrán, pero las dejaremos intentarlo.

Finalmente, no hay nada que te envejezca más que una vida mal vivida. Así que escógela bien desde ahora, ya que si siembras relámpagos, cosecharás tempestades.

lunes, 17 de febrero de 2014

La Ciudad de México y lo Queer



 “Las ciudades tienen sexo:
Londres es un hombre, París una mujer, 
y Nueva York una transexual bien adaptada.”
Angélica Olive Carter, periodista británica.
Si esta periodista británica tiene razón la Ciudad de México sería un mayate. La razón es por demás simple. Por un lado, la nuestra es una ciudad más bien esquizofrénica y contradictoria pues lo mismo es liberal que conservadora, lo mismo es cosmopolita que retrograda, ultramoderna y, sin embargo, virreinal; barroca, diría Bolivar Echeverría y no estaría hablando, no sólo, de su arquitectura.


Un mayate por lo macho, por lo chacal, pero también por lo loca… por la forma que tiene de partirnos el culo, unas veces al hacernos suspirar, otras al escupir los dientes. Un mayate por lo gacho del ocultarse y por el placer de hacerlo.
Por otro lado, ninguna otra ciudad de México es una ciudad global en ese arrojado sentido que la socióloga Saskia Sassen le da al término: una ciudad que logra conectarse a la globalidad y romper con las tierras que la rodean. Una ciudad que se desvanece en la dimensión transterritorial de los gays que lo mismo se proyectan al pensar en Zona Rosa que en Chueca o Castro Street. Unos gays que salen de pronto a protestar por lo que ocurre en Rusia y hasta salen fotografiados en The Advocate y terminan por inspirar protestas masivas en el resto de Occidente.
Ninguna ciudad como ésta en la cual se puede ser joto de tiempo completo y vivir de ello en una cotidianidad aburrida -y sí, admito que hablo un poco de mí- que, empero, genera admiración entre los bugas que no dejan de considerar heroico el salir del clóset; ¡si vieran que ni así consigo novio! Ésta es, así, una ciudad en la cual hay gays muy mexicanos y, al mismo tiempo, muy globalizados -que no internacionales porque de ésos hay más bien pocos.
A qué voy con todo esto. Pues simplemente a un punto a la vez pedestre y a la vez no. Hace poco me encontré comparando dos lecturas acerca de lo queeren la Ciudad de México. Uno es el ya no tan reciente libro de Rodrigo Laguarda acerca de la calle de Amberes -la Gay Street de la ciudad, como jura que le dicen aunque yo nunca he tenido el (dis)gusto de escuchar eso- en la cual celebra la creación de un espacio casi 100% gay, un espacio que emula al barrio gay arquetípico: el ghetto. El otro libro es el fenomenal trabajo de Frédéric Martel acerca de la globalidad de lo gay; en dicho libro Martel analiza diversos patrones de los espacios gays en las ciudades de todo el mundo de acuerdo a la tolerancia e integración de sus sociedades.
A diferencia de Laguarda, a Martel lo que le interesa no es Zona Rosa como barrio gay sino La Condesa y La Roma como barrios posgay. La diferencia radica en que en un barrio posgay la identidad homosexual está presente pero sin convertirse en un engrudo lleno de grumos apelmazados: se es gay pero también muchas otras identidades y, con ello, se le resta centralidad a esta faceta identitaria porque simplemente ya no hay la urgencia de militar 24/7 en su defensa porque ya se ha ganado no únicamente el derecho a la visibilidad sino la trivialidad de aparecer como cotidiano. Y, si no me creen, vayan a la mezquita Sufi llena de maricones que tiene su sede, ¡Oh, sorpresa!, en La Condesa…
Por tanto, Martel no celebra el ghetto en ninguna de sus modalidades; no celebra el ghetto, ni la calle, ni ninguna otra forma de aglomeración. Celebra la posibilidad de identidades posgay y de ciudades igualmente posgay en las cuales se puede ser gay de tiempo completo y, por ello mismo, ya no se es gay de tiempo completo puesto que se (vuelve) a ser muchas otras cosas.
Nuestra ciudad es, según dicen, una ciudad global, transterritorializada… una isla conectada a otras y desconectada de su mar. Una ciudad posgay con personajes posgay que militan ya por otras causas o por otras geografías: el 132 lo dejó claro, el liberacionismo animal también… la embajada rusa lo atestigua. Y, sin embargo, la nuestra sigue siendo una ciudad infinitamente desigual gracias a su mismísimo cosmopolitismo y éxito, gracias a esa dimensión de capital cultural y financiera que exhibe la iniquidad y, al exhibirla, calienta los rencores y atiza explosiva una violenta defensa de la identidad de cada quien.
Y es que, triste anécdota, todas las mañanas noto la repugnancia con la cual me contempla un señor que trabaja en el estacionamiento en el cual dejo mi coche. Quizás quisiera decirme algo, pero no lo hace. A los dos se nos cruzan los cables. A mí por que sé que mi mundo posgay descansa en una clase sociocultural… a él, supongo que por exactamente la misma razón, la misma y, sin embargo, al revés.
Sea pues la Ciudad de México ese mayate que, primero, te coge, te habla rico… y luego te roba y te muele a putazos… por ¡puto! Celebremos pues lo queer, lo posgay, que tiene esta ciudad. Celebremos también lo ortodoxamente marica, lo convencionalmente gay. Amberes, Neza y La Condesa resumen la cartografía de cómo se vive la homosexualidad en esta ciudad. No hay nada más corporal que el sexo ni nada más espacial que la identidad sexo-genérica. Deambulemos pues por sus calles siendo, a veces, muy putos, otras tantas, simples maricones, y, en algunos casos, el símbolo par excellence del glamour de un barrio.

Por:  Fabrizzio Guerrero Mc Manus